Ayer: sobre el fatalisme/es

sobre el fatalismo

No creo que el hecho de que el comportamiento humano estuviera gobernado por leyes causales [...]implicase forzosamente que los seres humanos son simples marionetas, o que sus aspiraciones son fútiles, o cualquier otra conclusión fatalista de esta índole. Se dice que una persona se convierte en muñeco de guiñol cuando ha sido reducida al papel de instrumento dócil de la voluntad de otra persona; pero, a no ser que hiciésemos ciertas suposiciones de carácter teísta –para lo cual parece no existir justificación razonable– nuestra mera sujeción a la ley natural no nos pondría en dicha situación. Ni tampoco se deduciría que nuestras acciones no pudieran ser intencionales, o que nuestras vidas siguieran sus cursos con independencia de nuestros propósitos. Lo importante en este aspecto es que el actuar por una razón no es incompatible con el actuar por una causa. Las dos formas de explicación no se excluyen mutuamente. No deja de ser verdad que una acción se halla dirigida conscientemente hacia un fin, aun cuando la elección de este fin por parte del sujeto agente y la selección que haga de los medios para alcanzarlo sean explicables en términos puramente causales.