Aristòtil: 4 preguntes/es

Las preguntas que nos hacemos son en número igual a las cosas que conocemos. En consecuencia nos formulamos cuatro clases de preguntas: el hecho, el porqué, si la cosa existe y lo que es. Así, cuando abarcando una pluralidad de términos, nos preguntamos si la cosa es así o de otro modo, si por ejemplo el sol se eclipsa o no, buscamos el hecho. Prueba de ello es que, cuando hemos descubierto que el sol sufre un eclipse, no vamos más lejos; y si desde el principio supiésemos que se eclipsa, no buscaríamos si se eclipsa o no. Pero cuando conocemos el hecho, buscamos el porqué: por ejemplo, sabiendo que el sol sufre un eclipse, o que la tierra tiembla, buscamos el porqué del eclipse o el porqué del temblor de tierra.

Estas son las preguntas que nos formulamos cuando abarcamos una pluralidad de términos. Pero hay casos en que nos planteamos la cuestión de otro modo: por ejemplo, si es o no un centauro o un dios. Tomo la expresión «si es o no», en sentido absoluto, y no como cuando se dice «si es blanco o no». Y cuando hemos conocido que la cosa es, buscamos lo que es: por ejemplo, qué es Dios, o qué es el hombre.