Hegel: l'astúcia de la raó
De Wikisofia
Text original editat en castellà.
Lo particular tiene su interés propio en la historia; es un ser finito y como tal debe perecer. Es lo particular lo que se utiliza en la lucha y resulta en parte destruido; y de esa lucha y esa desaparición de lo particular surge lo universal, a lo que nada de aquello turba. La Idea no se expone al conflicto, la lucha y el peligro; se mantiene apartada de todo ataque y daño y envía al combate a la pasión para que en él se consuma. Podríamos calificar como astucia de la razón a ese dejar obrar por ella a las pasiones, de suerte que sólo al medio del que se vale para llegar a la existencia alcanzan pérdidas y daños. Porque sólo la apariencia fenoménica es en parte nula y en parte positiva. Lo particular es demasiado pequeño frente a lo universal; y los individuos son, en consecuencia, sacrificados y abandonados. La Idea paga tributo a la existencia y a la caducidad no por sí misma, sino por medio de las pasiones individuales.
Text traduït al català (Traducció automàtica pendent de revisió).
El particular té el seu interès propi en la història; és un ésser finit i com tal ha de perir. És el particular el que s'utilitza en la lluita i resulta en part destruït; i d'aquesta lluita i aquesta desaparició del particular sorgeix l'universal, al que res d'allò torba. La Idea no s'exposa al conflicte, la lluita i el perill; es manté apartada de tot atac i dany i envia al combat a la passió perquè en ell es consuma. Podríem qualificar com a astúcia de la raó a aquest deixar obrar per ella a les passions, de manera que només al mitjà del que es val per arribar a l'existència aconsegueixen pèrdues i danys. Perquè només l'aparença fenomènica és en part nul·la i en part positiva. El particular és massa petit enfront de l'universal; i els individus són, en conseqüència, sacrificats i abandonats. La Idea paga tribut a l'existència i a la caducitat no per si mateixa, sinó per mitjà de les passions individuals.
La razón en la historia, Seminarios y Ediciones, Madrid 1972, p. 135-136. |
Original en castellà
Lo particular tiene su interés propio en la historia; es un ser finito y como tal debe perecer. Es lo particular lo que se utiliza en la lucha y resulta en parte destruido; y de esa lucha y esa desaparición de lo particular surge lo universal, a lo que nada de aquello turba. La Idea no se expone al conflicto, la lucha y el peligro; se mantiene apartada de todo ataque y daño y envía al combate a la pasión para que en él se consuma. Podríamos calificar como astucia de la razón a ese dejar obrar por ella a las pasiones, de suerte que sólo al medio del que se vale para llegar a la existencia alcanzan pérdidas y daños. Porque sólo la apariencia fenoménica es en parte nula y en parte positiva. Lo particular es demasiado pequeño frente a lo universal; y los individuos son, en consecuencia, sacrificados y abandonados. La Idea paga tributo a la existencia y a la caducidad no por sí misma, sino por medio de las pasiones individuales.