Hegel: en tot hi ha «l'un altre»
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Text original editat en castellà.
en todo hay «lo otro»
Lo que está en el fondo de toda determinabilidad es la negación (omnis determinatio est negatio, como dice Spinoza). [...] Y esta negación es lo que llamamos límite. Alguna cosa es lo que es en su límite y por su límite. No se debe considerar el límite como puramente exterior a la existencia, sino más bien como envolviendo la existencia entera. Cuando se confunde el límite cuantitativo con el cualitativo, se considera el límite como una determinación exterior a la existencia. Aquí sólo se trata del límite cualitativo. Cuando se considera la extensión, las tres yugadas, por ejemplo, de una tierra se tiene el límite cuantitativo. Pero esta tierra es un prado, no es un monte, y éste es su límite cualitativo. -El hombre, si quiere ser realmente, debe existir y limitarse hasta el fin. Aquel que se disgusta demasiado ante lo finito no alcanza realidad alguna, se agita en el mundo de las abstracciones y se consume dentro de sí mismo.
Si consideramos ahora lo que tenemos en el límite, hallaremos que encierra en sí mismo una contradicción y que se produce así como un momento dialéctico. El límite, en efecto, constituye, de una parte, la realidad de la existencia, y, de otra, es su negación. Pero en cuanto negación de alguna cosa no es el no-ser abstracto en general, sino un no-ser que es, o lo que llamamos lo otro. En la alguna cosa nos es dado también lo otro y sabemos que tenemos, no solamente la alguna cosa, sino lo otro también. [...]
Platón dice: Dios ha compuesto el mundo de la naturaleza de lo uno y de lo otro (ton eterôu).
Text traduït al català (Traducció automàtica pendent de revisió).
en tot hi ha «l'altre»
El que està en el fons de tota determinabilitat és la negació (omnis determinatio est negatio, com diu Spinoza). [...] I aquesta negació és el que anomenem límit. Alguna cosa és el que és en el seu límit i pel seu límit. No s'ha de considerar el límit com purament exterior a l'existència, sinó més aviat com embolicant l'existència sencera. Quan es confon el límit quantitatiu amb el qualitatiu, es considera el límit com una determinació exterior a l'existència. Aquí només es tracta del límit qualitatiu. Quan es considera l'extensió, les tres yugadas, per exemple, d'una terra es té el límit quantitatiu. Però aquesta terra és un prat, no és una muntanya, i aquest és el seu límit qualitatiu. -L'home, si vol ser realment, ha d'existir i limitar-se fins a la fi. Aquell que es disgusta massa davant el finit no aconsegueix realitat alguna, s'agita al món de les abstraccions i es consumeix dins de si mateix.
Si considerem ara el que tenim en el límit, trobarem que tanca en si mateix una contradicció i que es produeix així com un moment dialèctic. El límit, en efecte, constitueix, d'una part, la realitat de l'existència, i, d'una altra, és la seva negació. Però quan negació de alguna cosa no és el no-ser abstracte en general, sinó un no-ser que és, o el que anomenem el altre. En l'alguna cosa ens és donat també l'altre i sabem que tenim, no solament l'alguna cosa, sinó l'altre també. [...]
Plató diu: Déu ha compost el món de la naturalesa de l'un i de l'altre (ton eterôu).
Lógica, Primera parte, XCI, Zusatz -XCII, Zusatz (Ricardo Aguilera, Madrid 1973, p. 148-50). |
Original en castellà
en todo hay «lo otro»
Lo que está en el fondo de toda determinabilidad es la negación (omnis determinatio est negatio, como dice Spinoza). [...] Y esta negación es lo que llamamos límite. Alguna cosa es lo que es en su límite y por su límite. No se debe considerar el límite como puramente exterior a la existencia, sino más bien como envolviendo la existencia entera. Cuando se confunde el límite cuantitativo con el cualitativo, se considera el límite como una determinación exterior a la existencia. Aquí sólo se trata del límite cualitativo. Cuando se considera la extensión, las tres yugadas, por ejemplo, de una tierra se tiene el límite cuantitativo. Pero esta tierra es un prado, no es un monte, y éste es su límite cualitativo. -El hombre, si quiere ser realmente, debe existir y limitarse hasta el fin. Aquel que se disgusta demasiado ante lo finito no alcanza realidad alguna, se agita en el mundo de las abstracciones y se consume dentro de sí mismo.
Si consideramos ahora lo que tenemos en el límite, hallaremos que encierra en sí mismo una contradicción y que se produce así como un momento dialéctico. El límite, en efecto, constituye, de una parte, la realidad de la existencia, y, de otra, es su negación. Pero en cuanto negación de alguna cosa no es el no-ser abstracto en general, sino un no-ser que es, o lo que llamamos lo otro. En la alguna cosa nos es dado también lo otro y sabemos que tenemos, no solamente la alguna cosa, sino lo otro también. [...]
Platón dice: Dios ha compuesto el mundo de la naturaleza de lo uno y de lo otro (ton eterôu).