Heidegger: l'essència de l'home
De Wikisofia
Text original editat en castellà.
Se trata de preguntar por qué las tres preguntas (1. ¿Qué puedo saber? 2. ¿Qué debo hacer? 3. ¿Qué me es permitido esperar?) «se dejan reducir» a la cuarta? ¿Por qué «puede incluirse todo esto en la antropología»? ¿Que tienen de común estas tres preguntas, bajo qué aspecto son una, de tal modo que pueda reducírselas a la cuarta?
El interés más profundo de la razón humana se une en las tres preguntas mencionadas. Se interroga por un poder, un deber y un permitir de la razón humana.
Cuando un poder es problemático y se quiere delimitar sus posibilidades, se encuentra, a la vez un no-poder. Un ser todopoderoso no necesita preguntarse: ¿qué es lo que puedo?, es decir: ¿qué es lo que no puedo? No solamente no necesita preguntárselo, sino que, de acuerdo con su esencia, no puede plantearse esta pregunta. Pero este no-poder no es un defecto, sino la ausencia de todo defecto y de toda «negación». El que se pregunta: ¿qué es lo que puedo? Enuncia con ello una finitud. Y lo que esta pregunta toca en su interés más íntimo hace patente una finitud en lo más íntimo de su esencia.[...]
De ahí resulta que la razón humana no es solamente finita porque se plantee las tres preguntas mencionadas, sino que, por el contrario, plantea estas preguntas porque es finita [...]. Debido a que las tres preguntas interrogan por este objeto único: la finitud, estas preguntas «se dejan» referir a la cuarta: ¿qué es el hombre?
Text traduït al català (Traducció automàtica pendent de revisió).
Es tracta de preguntar per què les tres preguntes (1. Què puc saber? 2. Què haig de fer? 3. Què m'és permès esperar?) «es deixen reduir» a la quarta? Per què «pot incloure's tot això en l'antropologia»? Que tenen de comú aquestes tres preguntes, baix quin aspecte són una, de tal manera que pugui reduir-les-hi a la quarta?
L'interès més profund de la raó humana s'uneix en les tres preguntes esmentades. S'interroga per un poder, un deure i un permetre de la raó humana.
Quan un poder és problemàtic i es vol delimitar les seves possibilitats, es troba, alhora un no-poder. Un ser totpoderós no necessita preguntar-se: què és el que puc?, és a dir: què és el que no puc? No solament no necessita preguntar-li-ho, sinó que, d'acord amb la seva essència, no pot plantejar-se aquesta pregunta. Però aquest no-poder no és un defecte, sinó l'absència de tot defecte i de tota «negació». El que es pregunta: què és el que puc? Enuncia amb això una finitud. I el que aquesta pregunta toca en el seu interès més íntim fa patent una finitud en el més íntim de la seva essència.[...]
D'aquí resulta que la raó humana no és solament finita perquè es planteja les tres preguntes esmentades, sinó que, per contra, planteja aquestes preguntes perquè és finita [...]. A causa que les tres preguntes interroguen per aquest objecte únic: la finitud, aquestes preguntes «es deixen» referir a la quarta: què és l'home?
Kant y el problema de la metafísica, FCE, México 1973, p. 180-181. |
Original en castellà
Se trata de preguntar por qué las tres preguntas (1. ¿Qué puedo saber? 2. ¿Qué debo hacer? 3. ¿Qué me es permitido esperar?) «se dejan reducir» a la cuarta? ¿Por qué «puede incluirse todo esto en la antropología»? ¿Que tienen de común estas tres preguntas, bajo qué aspecto son una, de tal modo que pueda reducírselas a la cuarta?
El interés más profundo de la razón humana se une en las tres preguntas mencionadas. Se interroga por un poder, un deber y un permitir de la razón humana.
Cuando un poder es problemático y se quiere delimitar sus posibilidades, se encuentra, a la vez un no-poder. Un ser todopoderoso no necesita preguntarse: ¿qué es lo que puedo?, es decir: ¿qué es lo que no puedo? No solamente no necesita preguntárselo, sino que, de acuerdo con su esencia, no puede plantearse esta pregunta. Pero este no-poder no es un defecto, sino la ausencia de todo defecto y de toda «negación». El que se pregunta: ¿qué es lo que puedo? Enuncia con ello una finitud. Y lo que esta pregunta toca en su interés más íntimo hace patente una finitud en lo más íntimo de su esencia.[...]
De ahí resulta que la razón humana no es solamente finita porque se plantee las tres preguntas mencionadas, sino que, por el contrario, plantea estas preguntas porque es finita [...]. Debido a que las tres preguntas interrogan por este objeto único: la finitud, estas preguntas «se dejan» referir a la cuarta: ¿qué es el hombre?