Edgar Morin: contra el reduccionisme de l'home
De Wikisofia
Text original editat en castellà.
Lo que está muriendo en nuestros días no es la noción de hombre, sino un concepto insular del hombre, cercenado de la naturaleza, incluso de la suya propia. Lo que debe morir es la autoidolatría del hombre que se admira en la ramplona imagen de su propia racionalidad [...]. Ante todo, el hombre no puede verse reducido a su aspecto técnico de homo faber, ni a su aspecto racionalístico de homo sapiens. Hay que ver en él también el mito, la fiesta, la danza, el canto, el éxtasis, el amor, muerte, la desmesura, la guerra [...]. No deben despreciarse la afectividad, el desorden, la neurosis, la aleatoriedad. El auténtico hombre se halla en la dialéctica sapiens-demens.
Text traduït al català (Traducció automàtica pendent de revisió).
El que està morint en els nostres dies no és la noció d'home, sinó un concepte insular de l'home, arrencat de la naturalesa, fins i tot de la seva pròpia. El que ha de morir és l'autoidolatría de l'home que s'admira en la ramplona imatge de la seva pròpia racionalitat [...]. Abans de res, l'home no pot veure's reduït al seu aspecte tècnic de homo faber, ni al seu aspecte racionalístico de homo sapiens. Cal veure en ell també el mite, la festa, la dansa, el cant, l'èxtasi, l'amor, mort, la desmesura, la guerra [...]. No han de menysprear-se l'afectivitat, el desordre, la neurosi, l'aleatoriedad. L'autèntic home es troba en la dialèctica sapiens-demens.
| El paradigma perdido: el paraíso olvidado. Ensayo de bioantropología. Kairós, Barcelona 1974, p.227-235. |
Original en castellà
Lo que está muriendo en nuestros días no es la noción de hombre, sino un concepto insular del hombre, cercenado de la naturaleza, incluso de la suya propia. Lo que debe morir es la autoidolatría del hombre que se admira en la ramplona imagen de su propia racionalidad [...]. Ante todo, el hombre no puede verse reducido a su aspecto técnico de homo faber, ni a su aspecto racionalístico de homo sapiens. Hay que ver en él también el mito, la fiesta, la danza, el canto, el éxtasis, el amor, muerte, la desmesura, la guerra [...]. No deben despreciarse la afectividad, el desorden, la neurosis, la aleatoriedad. El auténtico hombre se halla en la dialéctica sapiens-demens.