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Russell, Bertrand: el monisme neutral

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Text original editat en castellà.


el monismo neutral

Una de las más importantes consecuencias derivadas de la cuestión de si la sensación es esencialmente una relación, afecta a la teoría llamada «monismo neutral». En tanto que conservábamos el «sujeto», existía una entidad «mental» sin nada análogo en el mundo material; pero si las sensaciones son acontecimientos no esencialmente de relación, no se da la misma necesidad de considerar los procesos mentales y los sucesos físicos como fundamentalmente distintos. Se hace posible considerar, tanto una mente como un trozo de materia, como construcciones lógicas constituidas con materiales que no difieren vitalmente y que algunas veces son realmente idénticos. Se hizo posible pensar que lo que los psicólogos consideran como materia en el cerebro está compuesto realmente de pensamientos y sensaciones, y que la diferencia entre mente y materia es una simple diferencia de ordenamiento. Puse un ejemplo de esto por analogía con el Anuario de Correos, que clasifica a las personas de dos formas, alfabética y geográficamente. En la primera ordenación, los vecinos de un hombre son los que quedan cerca de él en el alfabeto; en la otra, los que viven en la puerta de al lado. De igual manera, una sensación puede agruparse con otro número de sucesos por una cadena de memoria, en cuyo caso constituye parte de una mente; o puede agruparse con sus antecedente causales, y entonces se ofrecen como una parte del mundo físico. Esta tesis aporta una simplificación inmensa. Quedé encantado cuando me di cuenta de que prescindir del «sujeto» hacía posible aceptar esta simplificación y considerar el problema tradicional de la relación entre mente y materia como resuelto definitivamente.


Text traduït al català (Traducció automàtica pendent de revisió).


el monisme neutral

Una de les més importants conseqüències derivades de la qüestió de si la sensació és essencialment una relació, afecta a la teoria anomenada «monisme neutral». Mentre que conservàvem el «subjecte», existia una entitat «mental» sense res anàleg al món material; però si les sensacions són esdeveniments no essencialment de relació, no es dóna la mateixa necessitat de considerar els processos mentals i els successos físics com fonamentalment diferents. Es fa possible considerar, tant una ment com un tros de matèria, com a construccions lògiques constituïdes amb materials que no difereixen vitalment i que algunes vegades són realment idèntics. Es va fer possible pensar que el que els psicòlegs consideren com a matèria en el cervell està compost realment de pensaments i sensacions, i que la diferència entre ment i matèria és una simple diferència d'ordenament. Vaig posar un exemple d'això per analogia amb el Anuari de Correus, que classifica a les persones de dues formes, alfabètica i geogràficament. En la primera ordenació, els veïns d'un home són els que queden prop d'ell en l'alfabet; en l'altra, els que viuen en la porta del costat. D'igual manera, una sensació pot agrupar-se amb un altre nombre de successos per una cadena de memòria, en aquest cas constitueix part d'una ment; o pot agrupar-se amb els seus antecedent causals, i llavors s'ofereixen com una part del món físic. Aquesta tesi aporta una simplificació immensa. Vaig quedar encantat quan em vaig adonar que prescindir del «subjecte» feia possible acceptar aquesta simplificació i considerar el problema tradicional de la relació entre ment i matèria com a resolt definitivament.

La evolución de mi pensamiento filosófico, Alianza, Madrid 1982, 2ª ed., p. 144-145.

Original en castellà

el monismo neutral

Una de las más importantes consecuencias derivadas de la cuestión de si la sensación es esencialmente una relación, afecta a la teoría llamada «monismo neutral». En tanto que conservábamos el «sujeto», existía una entidad «mental» sin nada análogo en el mundo material; pero si las sensaciones son acontecimientos no esencialmente de relación, no se da la misma necesidad de considerar los procesos mentales y los sucesos físicos como fundamentalmente distintos. Se hace posible considerar, tanto una mente como un trozo de materia, como construcciones lógicas constituidas con materiales que no difieren vitalmente y que algunas veces son realmente idénticos. Se hizo posible pensar que lo que los psicólogos consideran como materia en el cerebro está compuesto realmente de pensamientos y sensaciones, y que la diferencia entre mente y materia es una simple diferencia de ordenamiento. Puse un ejemplo de esto por analogía con el Anuario de Correos, que clasifica a las personas de dos formas, alfabética y geográficamente. En la primera ordenación, los vecinos de un hombre son los que quedan cerca de él en el alfabeto; en la otra, los que viven en la puerta de al lado. De igual manera, una sensación puede agruparse con otro número de sucesos por una cadena de memoria, en cuyo caso constituye parte de una mente; o puede agruparse con sus antecedente causales, y entonces se ofrecen como una parte del mundo físico. Esta tesis aporta una simplificación inmensa. Quedé encantado cuando me di cuenta de que prescindir del «sujeto» hacía posible aceptar esta simplificación y considerar el problema tradicional de la relación entre mente y materia como resuelto definitivamente.