Accions

Recurs

Cita de Koyré

De Wikisofia

La revisió el 09:14, 17 set 2016 per Sofibot (discussió | contribucions) (adding es)

Text original editat en castellà.


De lo que se trataba no era de combatir unas teorías erróneas, o insuficientes, sino de transformar el marco de la misma inteligencia; de trastocar una actitud intelectual, en resumidas cuentas muy natural, sustituyéndola por otra, que no lo era en absoluto. Y eso explica por qué -a pesar de las apariencias contrarias, apariencias de continuidad histórica sobre las que han insistido sobre todo Caverni y Duhem- la física clásica, surgida del pensamiento de Bruno, de Galileo, de Descartes, no continúa, de hecho, la física medieval de los «precursores parisienses de Galileo»; se sitúa, de entrada, en un plano diferente, en un plano que nos gustaría llamar arquimediano. En efecto, el precursor y maestro de la física clásica no es Buridán o Nicolás de Oresme, sino Arquímedes.


Text traduït al català (Traducció automàtica pendent de revisió).


Del que es tractava no era de combatre unes teories errònies, o insuficients, sinó de transformar el marc de la mateixa intel·ligència; de trastocar una actitud intel·lectual, comptat i debatut molt natural, substituint-la per una altra, que no ho era en absolut. I això explica per què -malgrat les aparences contràries, aparences de continuïtat històrica sobre les quals han insistit sobretot Caverni i Duhem- la física clàssica, sorgida del pensament de Bruno, de Galileu, de Descartes, no continua, de fet, la física medieval dels «precursors parisencs de Galileu»; se situa, d'entrada, en un plànol diferent, en un plànol que ens agradaria anomenar arquimediano. En efecte, el precursor i mestre de la física clàssica no és Buridan o Nicolau d'Oresme, sinó Arquimedes.

A. Koyré, Estudios galileanos, Siglo Veintiuno, Madrid 1980, p. 5-6.

Original en castellà

De lo que se trataba no era de combatir unas teorías erróneas, o insuficientes, sino de transformar el marco de la misma inteligencia; de trastocar una actitud intelectual, en resumidas cuentas muy natural, sustituyéndola por otra, que no lo era en absoluto. Y eso explica por qué –a pesar de las apariencias contrarias, apariencias de continuidad histórica sobre las que han insistido sobre todo Caverni y Duhem– la física clásica, surgida del pensamiento de Bruno, de Galileo, de Descartes, no continúa, de hecho, la física medieval de los «precursores parisienses de Galileo»; se sitúa, de entrada, en un plano diferente, en un plano que nos gustaría llamar arquimediano. En efecto, el precursor y maestro de la física clásica no es Buridán o Nicolás de Oresme, sino Arquímedes.