Cita de Descartes 2
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Text original editat en castellà.
Pero aunque un atributo cualquier sea suficiente para que la sustancia sea conocida, hay, sin embargo, una propiedad principal en cada sustancia, que constituye su naturaleza y esencia, y de la cual dependen todas las demás. La extensión, en longitud, anchura y profundidad, constituye la naturaleza de la sustancia corpórea; y el pensamiento constituye la naturaleza de la sustancia pensante. Pues todo lo demás que puede ser atribuido al cuerpo, presupone la extensión, y es solamente un modo de lo extenso, como todas las propiedades que encontramos en la sustancia que piensa, no son sino maneras diferentes de pensar.
Text traduït al català.
Però encara que un atribut qualsevol sigui suficient perquè la substància sigui coneguda, hi ha, no obstant això, una propietat principal en cada substància, que constitueix la seva naturalesa i essència, i de la qual depenen totes les altres. L'extensió, en longitud, amplària i profunditat, constitueix la naturalesa de la substància corpòria; i el pensament constitueix la naturalesa de la substància pensant. Doncs tot la resta que pot ser atribuït al cos, pressuposa l'extensió, i és solament una manera de l'extens, com totes les propietats que trobem en la substància que pensa, no són sinó maneres diferents de pensar.
| Descartes, Los principios de la filosofía, I, 53 ( Editorial Reus, Madrid 1925, p. 49). |
Original en castellà
Pero aunque un atributo cualquier sea suficiente para que la sustancia sea conocida, hay, sin embargo, una propiedad principal en cada sustancia, que constituye su naturaleza y esencia, y de la cual dependen todas las demás. La extensión, en longitud, anchura y profundidad, constituye la naturaleza de la sustancia corpórea; y el pensamiento constituye la naturaleza de la sustancia pensante. Pues todo lo demás que puede ser atribuido al cuerpo, presupone la extensión, y es solamente un modo de lo extenso, como todas las propiedades que encontramos en la sustancia que piensa, no son sino maneras diferentes de pensar.
Descartes, Los principios de la filosofía, I, 53 ( Editorial Reus, Madrid 1925, p. 49).