Diferència entre revisions de la pàgina «Piaget: el pensament formal»
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Revisió del 22:16, 14 set 2016
Text original editat en castellà.
Después de los once o doce años, el pensamiento formal se hace justamente posible, es decir, que las operaciones lógicas comienzan a ser transpuestas del plano de la manipulación concreta al plano de las meras ideas, expresadas en un lenguaje cualquiera [el lenguaje de las palabras o el de los símbolos matemáticos, etc.], pero sin el apoyo de la percepción, ni la experiencia, ni siquiera la creencia. Cuando decimos, en el ejemplo que acabamos de citar: «Edith tiene los cabellos más oscuros que Lili, etc.», presentamos, en abstracto, efectivamente, a tres personajes ficticios, que no son más que simples hipótesis para el pensamiento, y sobre estas hipótesis pedimos al niño que razone. El pensamiento formal es, por lo tanto, «hipotético-deductivo», es decir, que es capaz de deducir las conclusiones que hay que sacar de puras hipótesis, y no sólo de una observación real. Sus conclusiones son válidas aun independientemente de su verdad de hecho, y es por ello por lo que esa forma de pensamiento representa una dificultad y un trabajo mental mucho más grande que el pensamiento concreto.
Text traduït al català (Traducció automàtica pendent de revisió).
Després dels onze o dotze anys, el pensament formal es fa justament possible, és a dir, que les operacions lògiques comencen a ser traslladades del plànol de la manipulació concreta al plànol de les meres idees, expressades en un llenguatge qualsevol [el llenguatge de les paraules o el dels símbols matemàtics, etc.], però sense el suport de la percepció, ni l'experiència, ni tan sols la creença. Quan diem, en l'exemple que acabem de citar: «Edith té els cabells més foscos que Lili, etc.», presentem, en abstracte, efectivament, a tres personatges ficticis, que no són més que simples hipòtesis per al pensament, i sobre aquestes hipòtesis demanem al nen que raoni. El pensament formal és, per tant, «hipotètic-deductiu», és a dir, que és capaç de deduir les conclusions que cal treure de pures hipòtesis, i no només d'una observació real. Les seves conclusions són vàlides àdhuc independentment de la seva veritat de fet, i és per això pel que aquesta forma de pensament representa una dificultat i un treball mental molt més gran que el pensament concret.
Seis estudios de psicología, Seix Barral, Barcelona 1973, 6ª ed., p. 96-97. |
Original en castellà
Después de los once o doce años, el pensamiento formal se hace justamente posible, es decir, que las operaciones lógicas comienzan a ser transpuestas del plano de la manipulación concreta al plano de las meras ideas, expresadas en un lenguaje cualquiera [el lenguaje de las palabras o el de los símbolos matemáticos, etc.], pero sin el apoyo de la percepción, ni la experiencia, ni siquiera la creencia. Cuando decimos, en el ejemplo que acabamos de citar: «Edith tiene los cabellos más oscuros que Lili, etc.», presentamos, en abstracto, efectivamente, a tres personajes ficticios, que no son más que simples hipótesis para el pensamiento, y sobre estas hipótesis pedimos al niño que razone. El pensamiento formal es, por lo tanto, «hipotético-deductivo», es decir, que es capaz de deducir las conclusiones que hay que sacar de puras hipótesis, y no sólo de una observación real. Sus conclusiones son válidas aun independientemente de su verdad de hecho, y es por ello por lo que esa forma de pensamiento representa una dificultad y un trabajo mental mucho más grande que el pensamiento concreto.