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Revisió del 22:18, 14 set 2016
Text original editat en castellà.
Se deduce de esta exposición que la desigualdad, que es casi nula en el estado de naturaleza, extrae su fuerza y su acrecentamiento del desarrollo de nuestras facultades y de los progresos del espíritu humano, y finalmente llega a hacerse estable y legítima por medio del establecimiento de la propiedad y las leyes. Se deduce, además, que la desigualdad moral, solamente autorizada por el derecho positivo, es contraria al derecho natural, siempre que no concurra en igual proporción con la desigualdad física.
Text traduït al català (Traducció automàtica pendent de revisió).
Es dedueix d'aquesta exposició que la desigualtat, que és gairebé nul·la en l'estat de naturalesa, extreu la seva força i el seu acreixement del desenvolupament de les nostres facultats i dels progressos de l'esperit humà, i finalment arriba a fer-se estable i legítima per mitjà de l'establiment de la propietat i les lleis. Es dedueix, a més, que la desigualtat moral, solament autoritzada pel dret positiu, és contrària al dret natural, sempre que no concorri en igual proporció amb la desigualtat física.
J.-J. Rousseau, Discurso sobre el origen y fundamentos de la desigualdad entre los hombres, Segunda parte (Alhambra, Barcelona 1985, p. 167). |
Original en castellà
Se deduce de esta exposición que la desigualdad, que es casi nula en el estado de naturaleza, extrae su fuerza y su acrecentamiento del desarrollo de nuestras facultades y de los progresos del espíritu humano, y finalmente llega a hacerse estable y legítima por medio del establecimiento de la propiedad y las leyes. Se deduce, además, que la desigualdad moral, solamente autorizada por el derecho positivo, es contraria al derecho natural, siempre que no concurra en igual proporción con la desigualdad física.