Diferència entre revisions de la pàgina «Locke, John: la tolerància religiosa»
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Revisió del 09:37, 17 set 2016
Text original editat en castellà.
El Estado es, a mi parecer, una sociedad de hombres constituida solamente para procurar, preservar y hacer avanzar sus propios intereses de índole civil.
Estimo, además, que los intereses civiles son la vida, la libertad, la salud, el descanso del cuerpo y la posesión de cosas externas, tales como dinero, tierras, casas, muebles y otras semejantes.
El deber del magistrado civil consiste en asegurar, mediante la ejecución imparcial de leyes justas, a todo el pueblo, en general, y a cada uno de sus súbditos, en particular, la justa posesión de estas cosas correspondientes a su vida. Si alguno pretende violar las leyes de la equidad y la justicia públicas que han sido establecidas para la preservación de estas cosas, su pretensión se verá obstaculizada por el miedo al castigo, que consiste en la privación o disminución de esos intereses civiles u objetos que, normalmente, tendría la posibilidad y el derecho de disfrutar. Pero como ningún hombre soporta voluntariamente ser castigado con la privación de alguna parte de sus bienes y, mucho menos, de su libertad o de su vida, el magistrado se encuentra, por lo tanto, armado de fuerza y el apoyo de todos sus súbditos a fin de castigar a aquellos que violan los derechos de los demás.
Ahora bien, toda la jurisdicción del magistrado se extiende únicamente a estos intereses civiles, y todo poder, derecho y dominio civil está limitado y restringido al solo cuidado de promover estas cosas y no puede ni debe, en manera alguna, extenderse hasta la salvación del alma.
Text traduït al català (Traducció automàtica pendent de revisió).
L'Estat és, al meu semblar, una societat d'homes constituïda solament per procurar, preservar i fer avançar els seus propis interessos d'índole civil.
Estimo, a més, que els interessos civils són la vida, la llibertat, la salut, el descans del cos i la possessió de coses externes, tals com a diners, terres, cases, mobles i altres semblants.El deure del magistrat civil consisteix a assegurar, mitjançant l'execució imparcial de lleis justes, a tot el poble, en general, i a cadascun dels seus súbdits, en particular, la justa possessió d'aquestes coses corresponents a la seva vida. Si algun pretén violar les lleis de l'equitat i la justícia públiques que han estat establertes per a la preservació d'aquestes coses, la seva pretensió es veurà obstaculitzada per la por al càstig, que consisteix en la privació o disminució d'aquests interessos civils o objectes que, normalment, tindria la possibilitat i el dret de gaudir. Però com cap home suporta voluntàriament ser castigat amb la privació d'alguna part dels seus béns i, molt menys, de la seva llibertat o de la seva vida, el magistrat es troba, per tant, armat de força i el suport de tots els seus súbdits a fi de castigar a aquells que violen els drets dels altres.
Ara bé, tota la jurisdicció del magistrat s'estén únicament a aquests interessos civils, i tot poder, dret i domini civil està limitat i restringit a la sola cura de promoure aquestes coses i no pot ni ha de, en manera alguna, estendre's fins a la salvació de l'ànima.
Carta sobre la tolerancia, Tecnos, Madrid 1994, p. 8-9. |
Original en castellà
El Estado es, a mi parecer, una sociedad de hombres constituida solamente para procurar, preservar y hacer avanzar sus propios intereses de índole civil.
Estimo, además, que los intereses civiles son la vida, la libertad, la salud, el descanso del cuerpo y la posesión de cosas externas, tales como dinero, tierras, casas, muebles y otras semejantes.
El deber del magistrado civil consiste en asegurar, mediante la ejecución imparcial de leyes justas, a todo el pueblo, en general, y a cada uno de sus súbditos, en particular, la justa posesión de estas cosas correspondientes a su vida. Si alguno pretende violar las leyes de la equidad y la justicia públicas que han sido establecidas para la preservación de estas cosas, su pretensión se verá obstaculizada por el miedo al castigo, que consiste en la privación o disminución de esos intereses civiles u objetos que, normalmente, tendría la posibilidad y el derecho de disfrutar. Pero como ningún hombre soporta voluntariamente ser castigado con la privación de alguna parte de sus bienes y, mucho menos, de su libertad o de su vida, el magistrado se encuentra, por lo tanto, armado de fuerza y el apoyo de todos sus súbditos a fin de castigar a aquellos que violan los derechos de los demás.
Ahora bien, toda la jurisdicción del magistrado se extiende únicamente a estos intereses civiles, y todo poder, derecho y dominio civil está limitado y restringido al solo cuidado de promover estas cosas y no puede ni debe, en manera alguna, extenderse hasta la salvación del alma.